El pasado mes de agosto, tras más de cuatro años desempleada, Alba Abuín inició su andadura profesional en Decathlon. Comenzó con un contrato de tres meses de duración que, al llegar a su fin, le prorrogaron otros tres. A partir de ahora ya no tendrá que mirar el calendario tan a menudo, ya que acaba de firmar un contrato indefinido.
Esta joven de 27 años, miembro de Down Lugo, trabaja cómo vendedora en la sección de fitness, en la que “mejoró muchísimo el clima laboral tras su contratación”, según nos indican los responsables de la tienda.
Alba consiguió esta oportunidad laboral gracias al programa de Empleo con Apoyo que en Galicia llevan a cabo todas las entidades Down desde el año 2.002. El programa, que mantiene buenos resultados de inserción a pesar de la crisis, está orientado a facilitar que las personas con discapacidad encuentren empleo en empresas ordinarias. Para que estas inserciones sean efectivas se cuenta con la figura de un preparador o preparadora laboral (profesional que se encarga de enseñar a la persona con discapacidad en el puesto de trabajo), y que no supone coste alguno para la empresa. Este tipo de apoyo en el puesto es gradual y se va retirando hasta desaparecer por completo a medida que la persona con discapacidad va adquiriendo autonomía en las tareas propias de su puesto.
Es preciso resaltar que la participación y, cada vez mayor presencia de las personas con discapacidad intelectual en las empresas ordinarias contribuye de forma eficaz a desterrar los tópicos que tradicionalmente se les atribuyen, resultando un modo sumamente eficaz de inclusión social. Contribuye, asimismo, a propiciar un cambio de visión, de persona con discapacidad a trabajador o trabajadora, constatándose una importante implicación de los compañeros y compañeras de trabajo en la aceptación de la diversidad.