Un total de 172 personas participantes en el programa de Empleo con Apoyo de la Federación Down Galicia estuvieron contratadas en empresas ordinarias de su entorno durante el año 2021. Este dato es casi idéntico al obtenido en el mismo período del año anterior, donde se constató una bajada significativa en el número de contrataciones con respecto a años anteriores, siendo evidente la continuación de los efectos negativos de la COVID-19 en el proceso de inserción laboral de las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales.
Por otra parte, el porcentaje de personas usuarias de la bolsa de empleo de Down Galicia que tuvieron acceso a un puesto de trabajo en este período descendió hasta quedar en el 67,7%. Además de la relación entre este descenso y el número de contrataciones, este bajo porcentaje también tiene su origen en el elevado número de participantes en el programa, que en esta ocasión ascendió a las 254 personas usuarias, dejando constancia de la importancia que las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales le otorgan a tener un empleo.
En cuanto a la distribución por localidades, se observa que fueron 64 personas las que trabajaron en 2021 en la zona de Vigo, 31 en A Coruña, 18 en Lugo, 16 en Pontevedra, 16 en Ourense, 16 en el área de Compostela y 11 en la zona de Ferrolterra.
Estas 172 personas firmaron un total de 188 contratos de trabajo, mediante los que los trabajadores y trabajadoras pudieron adquirir experiencia en puestos tan variados como masajista, dependiente, auxiliar de repostería, auxiliar administrativo, peón forestal, atención al cliente, peón electricista, telefonista, ordenanza, limpieza de playas, operario de producción, azafata o mantenimiento de instalaciones deportivas, entre muchos otros.
Despuntan en este período el número de prórrogas de los contratos y las transformaciones de los mismos en indefinidos, que llegan a 21 y la 7 respectivamente. Estos datos ponen claramente de manifiesto la eficacia de las personas con discapacidad intelectual en sus puestos de trabajo, demostrando que tienen capacidades más que suficientes para superar el reto que les propone la sociedad en cuanto al trabajo inclusivo.
Destaca también el elevado número de prácticas formativas realizadas por los usuarios y usuarias de las entidades Down en Galicia (49), con las que refuerzan su motivación hacia el empleo y mejoran sus habilidades socio-laborales. Sumando contratos y prácticas, casi el 75% de las personas usuarias del programa de empleo de Down Galicia contaron con una oportunidad en el ámbito laboral el pasado año.
No obstante, los principales escollos para el colectivo de personas con discapacidad intelectual siguen siendo la inestabilidad, la temporalidad en las contrataciones y la corta duración de sus jornadas de trabajo.
Además, debido a la situación de crisis sanitaria y social que estamos viviendo desde marzo de 2020, 35 personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales usuarias de las entidades Down de Galicia estuvieron durante algún momento del año en situación de ERTE, quedando aún algunas de ellas sin reincorporarse a sus puestos de trabajo.
Sin embargo, aunque desde hace unos años podemos observar cómo se alcanzan buenos datos en la inserción del colectivo, el acceso a un puesto de trabajo de forma normalizada sigue siendo uno de los grandes retos de las entidades que trabajan a favor de la inclusión laboral en la empresa ordinaria.
Acceso al Empleo Público
Es importante destacar que el acceso de las personas con discapacidad intelectual al empleo ordinario no es únicamente una cuestión relacionada con la empresa privada. De hecho, uno de los principales retos a los que se enfrentan hoy en día está relacionado con el acceso al empleo público, donde, a pesar del aumento en el número de convocatorias específicas para el colectivo, éstas continúan siendo aún insuficientes.
Por otra parte, debemos ser conscientes de que el abanico de personas con discapacidad intelectual es muy amplio. Por tanto, esta realidad tiene que ser tenida en cuenta a la hora de realizar estas convocatorias, que deberían introducir medidas de discriminación positivas en los requisitos de las mismas. De este modo, se garantizaría la igualdad de oportunidades de todas las personas con discapacidad intelectual en el acceso a las plazas reservadas.
Asimismo, también es necesaria una flexibilización en el resto de criterios de acceso a estas plazas, pues, a pesar de que las personas con síndrome de Down son perfectamente capaces de realizar las tareas encomendadas en el puesto de trabajo y de superar los procesos selectivos, no pueden acceder a los mismos porque priman más los requisitos mínimos, como puede ser una titulación en Educación Secundaria Obligatoria, que la trayectoria educativa de la persona.
Otros retos pendientes
Tras varios años con números muy positivos en lo relativo a contrataciones y mejoras laborales, la crisis sanitaria derivada de la pandemia de la COVID-19 supuso un estancamiento en la situación del colectivo. Y es que más allá de los datos expuestos anteriormente, nos encontramos con un grupo de personas usuarias de edad más avanzada que contaban con un empleo indefinido estable y que ahora, teniendo en cuenta el envejecimiento prematuro de las personas con síndrome de Down, será complicado que puedan volver a incorporarse al mercado de trabajo.
Por otro lado, este envejecimiento prematuro, evidenciado ya en distintos estudios, nos acerca a una nueva realidad: la necesidad de anticipar la edad de jubilación de las personas con síndrome de Down, teniendo de esta forma el derecho de optar a la misma en el caso de ser necesario. Al igual que en cuestiones de salud, las personas mayores de 40 años pertenecientes al colectivo deberían ser consideradas de forma similar al grupo de población general de más de 60 años de edad y, por tanto, se debe dar respuesta a las necesidades relativas a esta etapa post-laboral.
20 años con la metodología Empleo con Apoyo
Fue en el año 2002 cuando las entidades Down en Galicia comenzaron a desarrollar el programa Empleo con Apoyo, diseñado para atender específicamente las necesidades y barreras que las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales encuentran a la hora de intentar acceder al mercado laboral ordinario.
Este modelo se basa en un sistema estructurado de apoyos y acompañamientos para guiar a las personas demandantes de empleo a través de todo el proceso de inserción socio-laboral y asegurar su correcta incorporación al puesto de trabajo. De este modo, las personas que se incorporan a un nuevo empleo cuentan con el apoyo de un preparador o preparadora laboral que se encarga de llevar a cabo una formación específica en el propio puesto de trabajo, para que la persona empleada pueda ir adquiriendo progresivamente una adecuada ejecución de las tareas. El apoyo también se centra en la potenciación de la interacción social con los compañeros y compañeras de trabajo y en la mediación en la relación con ellos para que se desarrolle de manera positiva y natural.
Se trata, en definitiva, de prestar a las personas con discapacidad intelectual los medios, los recursos y los apoyos necesarios que faciliten su participación en el mercado laboral de su comunidad de la misma manera que el resto de ciudadanos y ciudadanas, favoreciendo, de este modo, su incorporación o su estabilidad laboral y, de forma más extensa, su inclusión social.
Avalada por sus buenos resultados, esta metodología se está consolidando como una estupenda fórmula de inserción laboral para aquellos colectivos con más dificultades a la hora de encontrar un trabajo y supone una alternativa idónea a las fórmulas de empleo protegido, basadas en una filosofía claramente asistencial y concebidas con un carácter instrumental y no como perpetradora del cambio ni como solución final al problema.