La asociación Down Lugo y la Facultad de Administración y Dirección de Empresas de la USC del campus lucense presentaron la pasada semana una nueva formación en competencias y habilidades empresariales para personas usuarias de la entidad social. Se trata del proyecto Troya, una iniciativa que cuenta con apoyo financiero de la Diputación Provincial de Lugo y a través de la que se pretende que el mercado de trabajo deje de ser un espacio excluyente para las personas con discapacidad, a fin de que este colectivo pueda participar en todos los ámbitos de la vida en igualdad de condiciones que el resto de la sociedad.
El acto de presentación contó con la presencia del vicerrector de Organización Académica y Campus de Lugo, Francisco Fraga; la presidenta de Down Lugo, María José Blanco Freire; el diputado provincial delegado del área de Promoción Económica y Social, Pablo Rivera Capón; y el decano de la Facultad de ADE, Roberto Bande Ramudo.
En este nuevo proyecto social, promovido en colaboración con el Servicio de Participación e Integración Universitaria (SEPIU) a través de la Oficina de Voluntariado del Campus de Lugo, participarán ocho personas con síndrome de Down u otras discapacidades intelectuales usuarias de la asociación Down Lugo, que contarán con diez sesiones formativas presenciales que se desarrollarán todos los miércoles desde el 19 de octubre hasta finales de diciembre en la Facultad de ADE.
“La inserción e inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual es el objetivo principal del proyecto Troya”, según destaca la profesora de la USC y coordinadora de este proyecto, Ángeles López Cabarcos. Luego, añade, “a través de este curso para el desarrollo de habilidades buscamos mejorar la empleabilidad de este colectivo, además de trabajar de manera transversal otros objetivos, tales como la mejora de la autoestima, el aprendizaje de competencias en el uso y manejo de nuevas tecnologías y mismo la adquisición de habilidades sociales”. De este modo, la asistencia a clase se antoja cómo una primera parte del compromiso y del trabajo a realizar por las personas participantes, que también deberán mantener un contacto con el estudiantado de la Facultad de ADE que actuarán como mentores, establecer rutinas de estudio, relacionarse en nuevos ámbitos o, entre otros, utilizar el transporte urbano.
El alumnado voluntario mentor facilitará apoyo individualizado para un mejor aprovechamiento del curso. Su función será la de acompañar al alumno o alumna en su proceso de aprendizaje, sirviendo de guía en la resolución de dudas.
Formación para la inclusión
La sesión de presentación del proyecto Troya sirvió, al mismo tiempo, para hacer hincapié en que la formación, la cualificación profesional y las competencias a nivel tecnológico son factores a tener en cuenta para garantizar las posibilidades de adaptación e inclusión de las personas con discapacidad en el siempre cambiante entorno laboral. A esta realidad se suma que la mayoría de las personas con discapacidad intelectual carece de estudios superiores y, en consecuencia, de este tipo de capacitación, lo que se traduce en menos oportunidades de empleo, siendo la inclusión laboral un derecho para las personas con discapacidad y promueve su participación en la sociedad.