La Federación Down Galicia ha organizado en su sede este pasado sábado 26 de octubre “Educación Inclusiva: Diseño Universal para el Aprendizaje y buenas prácticas”, una jornada didáctica y reflexiva que ha reunido a más de 180 profesionales docentes, de orientación y equipos directivos de los centros educativos de infantil, primaria y secundaria de Galicia.
La formación, que ha permitido la presentación de más de 12 experiencias profesionales, ha dejado patente la urgente necesidad de un cambio en las aulas, ya que el sistema actual no está en condiciones de dar una respuesta a las necesidades educativas de todo el alumnado. De esta manera, la escuela de hoy, que deja de lado al alumnado con discapacidad o que no cumple el estándar y ritmo de aprendizaje, debe dar paso a la que esté constituida por un modelo que acepte los diferentes ritmos y maneras de aprender de todo los niños y niñas.
El objetivo de esta formación, homologada por la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia, ha consistido en contribuir a una mejora en la sensibilización y formación de las personas participantes en la utilización de metodologías inclusivas como una medida de atención y optimización del proceso de inclusión educativa del alumnado. La jornada se ha centrado en una docena de testimonios entre ponencias y mesas redondas, donde han destacado las experiencias de los profesores Antonio Márquez Ordóñez y José Blas García Pérez. Por su parte, Carmen Pomar, conselleira de Educación, y Delmiro Prieto, presidente de la Federación Down Galicia fueron los encargados de inaugurar el evento.
“Lo importante es que haya aprendizaje, no que te diga la respuesta tal y como tú la quieres leer”
Antonio Márquez, maestro de Pedagogía Inclusiva desde hace 13 años y actual director del proyecto “Aula Desigual”, ha expuesto, desde un punto de vista práctico y reflexivo, prácticas que hacen el aula accesible y participativa a todas y todos los alumnos. El pedagogo andaluz ha criticado el modelo actual de educación: “Poner el foco en el alumnado o en los recursos es ponerlo en el lugar equivocado, el problema es la barrera del sistema y el profesorado, que deben permitir que todas y todos participen”.
Márquez ha querido explicar las nuevas metodologías haciendo antes un balance de la forma más tradicional y habitual de impartir las aulas bajo una legislación poco inclusiva. “El modelo se ha quedado desfasado. Se pone el foco en cambiar al niño con apoyos, pero no hay que cambiar al niño. Y a veces, aunque falten recursos, todo sería más fácil si se cambiasen cuestiones que generan dificultades como barreras curriculares, al no hacer las materias flexibles, o barreras físicas, cuando lo separamos en un aula específica”.
Este problema global, que afecta a todo el alumnado -tenga o no discapacidad-, también influye en el momento de la evaluación: “Lo importante es que haya aprendizaje, no que te diga la respuesta tal y como tú la quieres leer”. El contexto curricular y legislativo encorsetado y poco flexible invita, además, a la desmotivación del alumnado por curiosear y aprender de su realidad y sus intereses: “¿Por qué se desmotivan? ¿Por qué no intentar cambiarlo para motivar?”.
“Se hacen diagnósticos, adaptaciones, se les da apoyo… Se incide en si el alumno tiene necesidades educativas especiales. Pero… ¿os habéis preguntado si la propia aula tiene necesidades educativas especiales? Porque a lo mejor hay necesidad de ofrecer un aprendizaje interactivo, de tener diferentes espacios y ritmos de aprendizaje, necesidades estructurales como equipos cooperativos, ofrecer alternativas a las explicaciones o que entre un segundo docente… Pero no, esto no se cuestiona, se cuestionan únicamente las necesidades del alumno o alumna”, ha reflexionado Antonio Márquez durante su ponencia.
“La escuela del futuro sólo podrá contemplarse si tiene una perspectiva social”
José Blas García, licenciado en Psicopedagogía y maestro en el IES Juan Carlos I de Murcia y también asociado en la Universidad de Murcia en la cual participa en el Grupo de Investigación “Escuela para Todos”, ha expresado su esperanza en una “revolución inclusiva” que debe ejercer toda la comunidad escolar: “Sabemos y podemos hacerlo”, ha apostillado.
“Las instituciones sólo hablan de presupuestos, de la opción de poder elegir el colegio… pero no de un cambio de legislación”, ha cuestionado José Blas. El psicopedagogo murciano expone que, mientras las administraciones no dan el paso, el gran cambio comience en los propios colegios, acompañando “un movimiento de renovación pedagógica para atender a la diversidad, porque la innovación en la escuela sólo podrá contemplarse si tiene una perspectiva social”. Y es que, “la innovación si no es para todos y todas, es retroceso”, ha advertido.
José Blas ha puesto sobre la mesa el coste de oportunidad que supone el paso del tiempo para miles de niños y niñas que día tras día siguen siendo excluidos mientras el sistema no produce y legisla el cambio. “El convenio de la ONU está firmado, pero las políticas, las culturas y las prácticas aún no están a la vista. ¿Cómo los responsables educativos nos atrevemos, y se atreven, a mirar para otro lado?”, reflexiona. Los políticos “dicen que nos escuchan y que avalan un cambio del sistema educativo que necesitamos pero, mientras, niños y niñas quedan excluidos fuera del aula y pierden su oportunidad”.