Down Galicia apuesta por un cambio de paradigma que se centra en las siguientes premisas:
  • La discapacidad de una persona resulta de la interacción entre la persona y el entorno en el que vive
  • Una visión transformada de lo que constituyen las posibilidades de vida de las personas con discapacidad, que implica enfatizar la autonomía, la inclusión, la igualdad de oportunidades y capacidades
  • La importancia de un sistema de apoyo para mejorar el funcionamiento humano y la calidad de vida
  • Un enfoque de la discapacidad sin tener en cuenta sus diagnósticos clínicos, centrado en las conductas funcionales y las necesidades de apoyo de las personas
  • La discapacidad como una construcción social, en la que es necesario que todos los miembros de la sociedad asuman la responsabilidad y la participación en la búsqueda de la justicia social
  • Una interconexión del concepto de calidad de vida con el de mejora de la calidad de la prestación de servicios desde todos los ámbitos de la vida (salud, educación, empleo, cultura, familia, vivienda, etc.)

Actualmente, la discapacidad se entiende desde una perspectiva ecológica (es decir, desde la interacción persona-ambiente). La OMS (Bradley, 1995; OMS, 1997) define la discapacidad como el resultado de la interacción entre la discapacidad de una persona y variables ambientales que incluyen el entorno físico, las situaciones sociales y los recursos.

En la misma línea, el Instituto de Medicina (1991) sugiere que las limitaciones de una persona se convierten en discapacidades sólo como resultado de la interacción de la persona con un entorno que no proporciona el apoyo adecuado para reducir sus limitaciones funcionales.

Esta perspectiva resalta la importancia de centrarse tanto en los comportamientos funcionales como en los apoyos, lo que implica que tener un sistema de apoyo adecuado durante un período de tiempo mejorará la vida de una persona.

La calidad de vida es la suma de todo lo que caracteriza al ser humano.

Una mejor calidad de vida implica una presencia activa y elevada de propiedades intrínsecamente humanas, tales como: la comunicación (no sólo el lenguaje oral), ser actor de la propia existencia y contexto, tener capacidad de regular a otros seres humanos y aceptar ser regulado por ellos, autogobierno, capacidad de elección y toma de decisiones, construcción social y cultural de las personas, flexibilidad de acción y pensamiento, necesidad de interacción social, tener emoción, conciencia, espiritualidad compartidas, etc.

Principios esenciales para una vida de calidad:

El modelo propuesto por Schalock establece ocho dimensiones centrales que constituyen una vida de calidad: Bienestar emocional, Relaciones interpersonales, Bienestar material, Desarrollo personal, Bienestar físico, Autodeterminación, Inclusión social y Derechos.

La educación inclusiva se basa en una concepción humanista de la educación que se centra en la perspectiva de los Derechos Humanos y la justicia social. El modelo social en el que opera la educación inclusiva habla de eliminar barreras para crear contextos acogedores y seguros para todo el alumnado. La educación inclusiva considera que los apoyos son una herramienta clave para la calidad de vida de las personas y representan la estrategia que mejora el funcionamiento humano. Los apoyos ofrecen la oportunidad de reducir y/o eliminar la discrepancia entre las capacidades de una persona y las demandas del contexto.

El apoyo es el conjunto de acciones y actividades que el docente, o cualquier otro miembro de la comunidad educativa, puede llevar a cabo para dar una respuesta inclusiva a todo el alumnado, de forma que les permita mejorar su participación tanto en el aula como en el contexto educativo y social. Apoyar también significa colaborar, construir juntos desde la capacidad, ajustar el contexto y trabajar entre iguales con el objetivo de eliminar barreras.

En conclusión, el apoyo es un facilitador, un puente entre “lo que es” y “lo que puede ser”, entre la realidad y el deseo. Brindar apoyo basado en el respeto, entre iguales, dignifica a la persona; Hacerlo desde una perspectiva de desigualdad, como una ayuda que diseñamos, considerando sólo una perspectiva asistencialista y sin tener en cuenta a la propia persona y las barreras que la limitan, puede acabar estigmatizándola, invisibilizándola y oprimiéndola.

La individualización se refiere al apoyo a cada alumno en concreto, a la adaptación de la enseñanza a cada persona, al diagnóstico y tratamiento de sus necesidades únicas desde una perspectiva terapéutica, al apoyo desarrollado exclusivamente para esa persona… De esta forma, se individualiza la enseñanza, pero no el aprendizaje, ya que aislamos y medimos a partir de propuestas de estructuras de aprendizaje estandarizadas y reproducimos el mismo esquema por el que se «diagnosticó» al alumno como necesitado de apoyo. Por el contrario, la personalización consiste en adaptarse a las diferentes realidades del alumnado en el sistema educativo, considerando los distintos contextos, así como sus potencialidades, su desarrollo, sus ritmos, sus estilos y sus formas particulares de aprender. En este modelo, los estudiantes son tratados como individuos únicos, centrándose en el proceso de aprendizaje y permitiendo experiencias educativas.
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